UN VIAJE DE CONEXIÓN CON MI NIÑO INTERIOR  

UN VIAJE DE CONEXIÓN CON MI NIÑO INTERIOR

 

El término “niño interior” es un concepto muy utilizado actualmente dentro de las nuevas terapias psicológicas con enfoque humanista. Nació de la terapia Gestalt la cual plantea, palabras más palabras menos, que cada uno de nosotros lleva un niño pequeño por dentro, esa parte del “yo” que no ha evolucionado del todo, no la puedes ver, pero si la puedes sentir pues ese niño, con sus luces y sombras sale a relucir en diferentes actos cotidianos y en las decisiones que tomamos.

 

Este niño se forma a partir de las experiencias tanto positivas como negativas que vivimos durante los primeros años de la infancia y dependiendo de la manera en que interiorizamos esas experiencias, nuestro niño interior puede ser alegre, optimista, sensible o por el contrario irascible, malgeniado y temeroso. De hecho, es tan importante que es él quien determina cómo respondemos ante determinadas circunstancias. Por ejemplo, si eres una persona con miedos irracionales, rencor, odio, ansiedad o respondes de manera desproporcionada ante situaciones que no son importantes, es probable que tu niño interior esté afectado. En cambio, si eres capaz de solucionar una situación negativa, dándole tiempo para sanar, evolucionaremos y el niño interior no tendrá afectación.

 

Nuestro niño interior puede manifestarse por las siguientes circunstancias:

 

  • Por experiencias infantiles difíciles: cuando estas fueron muy intensas, repetidas o no fueron atendidas adecuadamente, dejan una huella en nosotros. Podremos sentir entonces tristeza, juzgamiento, vergüenza o miedo generalmente ante las críticas de los demás, ante la exigencia, los abusos, el abandono y la violencia.

 

  • Por la ausencia de reparación: para poder enfrentarnos a estas situaciones de alta carga emocional, necesitamos experimentar relaciones de confianza sólidas, y si esto no es posible, pues no podemos sanar de forma debida.

 

  • Con un pensamiento infantil: aparecen las ideas que teníamos en esos difíciles momentos, Por ejemplo, si tu jefe es exigente y te ordena hacer alguna tarea o te llama para que le des cuenta de un pendiente, podrías sentirte “bloqueado” así como cuando eras niño porque tu padre, también exigente, te pedía explicaciones sobre una labor que te había encomendado en su ausencia.

 

  • Con conductas infantiles: cuando se activa nuestro niño interior, podemos empezar a comportarnos de la misma manera que lo hacíamos entonces. Por ejemplo, retraernos de las interacciones sociales, llamar la atención de manera inadecuada, mostrarse agresivo, burlarse del otro. Un ejemplo claro también puede ser cuando haces “pataleta” a tu pareja porque te quedó mal o no cumplió una expectativa tuya.

 

Todo este patrón de pensamientos, conductas y emociones, pueden causar malestar y lo asumimos como normal. Por eso, para sanar a tu niño interior, te brindamos las siguientes recomendaciones:

 

  • Debes tener claro que este es un camino largo y de autodescubrimiento porque deberás regresar en el tiempo para descubrir cuáles han sido esos eventos negativos que aún no has podido superar y que te mantienen atado/a al pasado. Este viaje puede ser doloroso porque te va a llevar a profundizar en heridas que no sanaron del todo, para ello puedes ayudarte de un psicólogo.

 

  • Debes aprender a conocer a tu niño interior para rescatarlo y empezar a cuidarlo. Lo primero es que hagas memoria y recuerdes cómo eras de pequeño, tus ilusiones, tus miedos, tus anhelos, tu entorno en diferentes edades y especialmente presta atención a las veces que tu niño se sintió mal. Aprende a ver lo que necesitó y no obtuvo: atención, afecto, diversión. Aprende a ver también sus aspectos más vergonzosos, sus daños, vergüenzas e inquietudes, sin juicios, solo reconociendo sus heridas emocionales desde el amor.

 

  • Haz un ejercicio de visualización, busca un lugar cómodo y tranquilo y cierra tus ojos. Respira profundo y cuando estés tranquilo imagina a esa personita que fuiste de niño, ahí, delante tuyo. Observa qué está haciendo, su cara, sus gestos. Trata de averiguar cómo se siente preguntándole directamente.

 

  • Debes ser capaz de conocer qué personas o situaciones del presente activan a tu niño interior, por ejemplo, tu padre, tu jefe, tu pareja, quizás haya personas que por su aspecto o manera de comportarse nos inquieten o enfaden, etc.

 

  • Empieza a conocer el patrón de pensamientos, sentimientos y conductas que sueles tener cuando estás conectado con tu niño interior. Por ejemplo, pensamientos como “siempre me pasa igual”, conductas como retirarse o mostrarse arrogante y emociones como miedo, ansiedad, rabia, etc.

 

  • Aprende a tratarlo bien, que siempre estemos de su lado, pase lo que pase. Porque él es una parte lastimada nuestra, no tiene responsabilidad en lo que vivió. Ahora sí es nuestra responsabilidad hacernos cargo de él. Aprende a aceptarlo tal y cómo es, especialmente de sus partes más oscuras u hostiles.

 

  • Aprende a escucharlo y comprenderlo, pon atención a su malestar y por lo que está pasando. Aprende a calmarlo y consolarlo cuando se sienta mal, háblale sin miedo, enséñale qué conductas son mejor para él. Enséñale a pensar con más perspectiva y a comprender que la responsabilidad probablemente no está en él sino en los que hicieron daño. Deja la crítica. Protégele con personas amables.

Luego de todo ello podrás dar un paso trascendental, ayudarle a sanar sus heridas con amor y con sencillos actos cotidianos reparadores. Por ejemplo, si de pequeño fueron estrictos con nosotros y no nos dejaban salir a jugar, ahora podemos buscar actividades lúdicas en las que nuestro niño interior se divierta. Puedes buscar un momento de silencio para hablar con tu niño interior y decirle, por ejemplo, “sé que lo pasaste mal y yo estoy ahora contigo”. Escríbele una carta reparativa y coloca una foto tuya, de niño, en tu billetera o en tu fondo de pantalla del celular y háblale con amor.

Sin duda este es un tema fascinante, en PADMATERAPIA ayudaremos para que tengas un buen viaje y encuentro con tu niño interior, marcará tu vida con un antes y un después…Abraza sin miedo a tu niño interior, ¡te necesita!

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