Salir Del Apuro

[vc_row][vc_column][vc_column_text]Tal vez has escuchado la frase “Del afán no queda sino el cansancio” muy frecuentemente y no solo por parte de nuestros mayores – que no en vano lo dirán – sino también lo has escuchado por parte de tus compañeros de trabajo, tu pareja e incluso tú mismo, cuando estás acelerado y lo haces para bajarle al ritmo, la velocidad, las revoluciones y el afán de la vida.

 

Y no es para menos pues vivimos en un mundo rápido y frenético donde nos encontramos inmersos en rutinas que pueden dejar satisfacciones, pero también frustración, aburrimiento y cansancio. Nos sentimos abrumados en un espacio/tiempo que parece no dar tregua, un ritmo que va más rápido de lo que se puede procesar, que demanda más cosas de las que se pueden manejar; bocinas sonando por doquier, luces del semáforo en cada esquina y que por cierto no permiten avanzar… y esto sólo cuando nos desplazamos.

 

Imagínate, y en este espacio/tiempo tan agitado, debemos tomar decisiones de “ahora o nunca”, pues es tan necesario y elemental como tomar café antes de empezar el día, porque el reloj biológico hay que activarlo o tomar una ducha luego de una larga jornada, pues hay que volver a ser gente.

 

Cada uno de nosotros tenemos nuestras obligaciones y nuestras actividades diarias, cada una con su propio ritmo, y ¡Vaya qué ritmo!, la mayoría mucho más allá del que nos gustaría tener. Si trabajas en oficina tu jefe te pide informes “para ayer”, si tienes tu empresa o negocio, los pedidos son “para ya”.

 

Qué vaina, no nos dejan ni respirar, mucho menos pensar y eso es agotador, tan agotador que dan ganas de pausarlo y protegernos de ese monstruo que es la cotidianidad, que básicamente no nos deja hacer lo que realmente queremos, salir corriendo a encontrar un refugio que nos haga sentir en casa. Y es que el tiempo y el espacio tienen mucho que ver, están vinculados, porque ningún objeto material o emocional puede existir en el tiempo y no estar en el espacio, finalmente vamos siendo y estando por igual.

 

Lo paradójico de todo es que cuando por fin encontramos el tiempo para respirar y espacios con oxígeno, le damos la vuelta al asunto, lo cuestionamos e intentamos buscarle una solución. Queremos mejorar nuestro estilo de vida, pasamos desde buscar información de éste o aquel concepto, hablarlo, analizarlo, hasta imaginar vivir en un campo con sólo lo necesario.

 

Por eso, te invitamos a que uses las siguientes técnicas para apaciguar tu día a día:

 

  • Trata de “sentir” más, hasta lo que es obvio, por ejemplo, el olor del café que te estás tomando, el sonido de una hoja de la libreta en la que estás trabajando, la textura de la puerta que abres, el sabor del arroz que te comes y el color de la pared que tienes a simple vista.

 

  • Respira de manera consciente, toma un minuto para hacerlo y cada vez mas profundo. Utiliza la técnica 4 x 4, es decir, inhala por 4 segundos, retén en aire por otros 4 segundos, suéltalo en 4 segundos y retoma aire en 4 segundos. Puedes complementar estirando tus piernas, tus brazos y tu cuerpo.

 

  • Disfruta la comida, saboréala y lo más importante, no lo hagas con el montón de trabajo sobre el escritorio.

 

  • Algo muy importante es despejar el área de trabajo, limpiar la mesa o mostrador en que trabajas ojalá con un desinfectante de fragancia suave, quitar lo más que se pueda objetos que sobran y si te alcanza el espacio, colocar flores o cualquier otro elemento que sea de tu agrado y te inspire.

 

  • Agradece por las cosas simples de la vida, agradece, agradece y agradece por el trabajo que tienes, por las manos de quienes recolectan los alimentos que estás llevando a tu boca, por tener un techo donde vivir, por respirar y hasta por lo más insignificante … agradece.

 

  • Saca tiempo para hablar con alguien, para llamar a un ser querido, cambia la alarma del despertador por un sonido más amigable e incluso los tonos de tu teléfono cuando te escribe tu jefe o cuando debes entregar un pedido.

 

  • Por último y no menos importante, saca tiempo para ti, que dentro de los recordatorios y en la agenda de tu día, coloques “YO” en mayúscula y haz lo que te haga feliz (siempre y cuando no dañe a los demás), te nutra el alma y te conecte con tu interior.

 

Recuerda que lo “bien hecho” toma su tiempo.

 

Por eso te invitamos a que consultes PADMATERAPIA, donde te orientaremos para que logres llevar tu día a día a un ritmo que te haga crecer y no retroceder.[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row]

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