Dormir es considerado por muchas personas como uno de los mayores placeres de la vida. Pero cuando no dormimos lo suficiente, nuestro equilibrio emocional se puede ver alterado y entonces somos más propensos a experimentar niveles más altos de ansiedad. Por eso no dormir lo suficiente o por lo menos con sueño de calidad se puede alterar nuestra salud mental, especialmente en lo que respecta a la ansiedad.
Sin embargo, la falta de sueño y la ansiedad pueden ser consecuencia la una de la otra, pues, por una parte, la ansiedad puede dificultar conciliar el sueño y mantenernos despiertos durante la noche ya que las preocupaciones y pensamientos intrusivos pueden rondar nuestra mente, impidiendo que nos relajemos lo suficiente como para poder dormir. Y de otra parte, la falta de sueño también puede aumentar nuestros niveles de ansiedad ya que cuando no descansamos adecuadamente, nuestro cerebro se encuentra en un estado de alerta constante, lo cual puede generar una sensación generalizada de nerviosismo y preocupación.
Científicamente está demostrado que durante la noche cuando nuestro cuerpo esta en reposo y descanso, el organismo realiza todo un trabajo de regeneración y reparación que incluye la regulación de neurotransmisores y hormonas importantes para el manejo del estrés y si este proceso se ve interrumpido por la falta de sueño se produce un desequilibrio químico que contribuye a la aparición de la ansiedad. Lo puedes comprobar cuando luego de pasar una mala noche, al otro día reaccionas de manera exagerada a situaciones estresantes o desafiantes, o te falta concentración y disminuyes tu rendimiento, ¿te ha ocurrido?
Si la respuesta es sí, debes tener mucho cuidado pues las personas que luchan contra la falta de sueño y la ansiedad a menudo encuentran que sus relaciones personales, su rendimiento laboral y su bienestar emocional se ven afectados hasta el punto de padecer algún trastorno ya sea de sueño o de ansiedad.
Por eso, queremos brindarte las siguientes recomendaciones:
- Establece rutinas de sueño consistentes, intenta irte a la cama y despertarte a la misma hora todos los días, incluso los fines de semana. Esto ayuda a regular tu reloj biológico y mejora la calidad de tu sueño. Sumado a ello, asegúrate de que tu dormitorio sea un espacio cómodo y relajante. Controla la temperatura, mantén la habitación oscura y reduce el ruido para facilitar un descanso reparador. La idea es que tengas un ambiente propicio para el descanso.
- Evita el uso de dispositivos electrónicos con pantallas brillantes al menos una hora antes de acostarte, ya que ese tipo de luz puede interferir en la producción de melatonina, una hormona fundamental para el sueño.
- Incorpora en tu cotidianidad técnicas de relajación, como la meditación, la respiración profunda o el yoga, para reducir el estrés y la ansiedad, lo que a su vez facilitará el proceso de conciliar el sueño.
- Limita el consumo de cafeína y alcohol antes de acostarte, ya que pueden perturbar tu ciclo de sueño y aumentar la ansiedad.
Y finalmente pero no menos importante, acude en busca de ayuda psicológica en PADMA Psicología donde abordaremos estas tanto la dificultad para conciliar el sueño como la ansiedad de manera integral y te enseñaremos técnicas de manejo del estrés y de regulación emocional.