Tener una relación de pareja estable es una de las metas más importantes de la mayoría de las personas e incluso, puede convertirse en un gran reto. Precisamente por eso, también nos apresuramos a involucrarnos sentimentalmente con personas que parecieran llenar nuestras expectativas y que desafortunadamente, la relación solo termina en un fracaso más.
Lo primero que hay que tener claro es que el proyecto de tener una pareja seria debe estar precedido por una emoción y cuando encontramos a una persona, ese sentimiento poco a poco debe irse trasformando hacia esas convicciones que esperamos lograr en una relación a futuro. Esas convicciones deben estar equilibradas con el sentimiento asociado y ese equilibrio debe manifestarse en nuestras acciones, como, por ejemplo, hacer las cosas bien desde el comienzo teniendo presente que cualquier actitud o comportamiento que tengamos no vaya a dañar lo que hemos alcanzado hasta el momento. Esto significa que el amor “sano” no solo es sentirse bien, sentir atracción y deseo sino muchas acciones positivas para poder construir.
Si eso no ocurre, se pueden presentar malos entendidos y problemas al interior de la relación, que, de no ser manejados adecuadamente, pueden desencadenar en frustración y maltrato físico o emocional. Entonces tu pareja, puede responder de la siguiente manera: “No me da la gana”, “No quiero”, “Qué pereza hacer esas cosas”, etc., actuando de manera caprichosa y evitando llegar a una posible solución que de manera reiterada puede llegar al maltrato.
Te contamos que existen relaciones tipo ansioso – evitativas que están a punto de desbordarse debido a que no pueden manejar los conflictos. Una persona levanta la voz, grita, usa palabras groseras, tira las cosas mientras que la otra se paraliza, se va, acumula resentimiento y se desconecta. Existen personas que sienten una frustración desproporcionada con respecto de aquello que la desencadena y, además, responden a ella de manera exagerada, con explosiones de ira y agresividad, pierden el control y asumen una actitud amenazante que se manifiesta mediante gritos y, a menudo, daños físicos a los objetos que le rodean, e incluso a animales o personas.
Por ello, aunque sientas miedo (que no es el deber ser en una relación), te sugerimos que no dejes los temas sin resolver porque cada nueva discusión volverá una y otra vez creando una “tortura” en la que siempre se habla de lo mismo sin llegar a soluciones.
Ahora, alguna vez le has dicho a tu pareja: “¿Te pasa algo?” y él/ella responde de forma indiferente: “No, nada, estoy bien” y luego vienen los gestos, las malas caras y el distanciamiento. Lo mejor es poner los temas claros, resolver los malos entendidos, hablar sin alterarse y no caer en el juego de la indiferencia. Por eso es importante no caer en la rutina y en respuestas ambivalentes o poco claras que solo generan desmotivación en el otro.
Si tú eres la persona explosiva en la relación, debes manejar el enojo aun cuando la razón por la que te enojaste sea válida, ya que tu manera de reaccionar solo prolonga los conflictos. Si ante la sugerencia de tu pareja como, por ejemplo, “tenemos que revisar las finanzas”, tu respuesta es “ya me vas a echar en cara” pues debes revisar, trabajar y mejorar pues con estas frases descalificantes lo único que haces es empeorar las cosas.
Lo ideal en una relación es que exista buena comunicación y que haya interacción positiva, que se abran espacios para compartir y disfrutar. Si ofreces falta de atención por darle prioridad a una llamada telefónica, al computador y a otras cosas sin sentido, la relación de deteriorará. Por eso es importante que no desplaces a tu pareja por acciones sin relevancia.
Si hicieras memoria de cuántos reclamos, complicaciones y resentimientos tienes sobre tu relación de pareja, seguramente serían muchas y la verdad es que son sólo el resultado de aquellas veces en que te sentiste incómodo, te dio enojo y hablaste a tu pareja en medio de esa emoción, culpabilizándola de todo. Y si ves las cosas con distancia, te puedes dar cuenta que pudiste haber guardado silencio por un momento, tranquilizarte y evitar hacerle daño al otro y de paso a ti mismo/a. No quisiste, te pusiste impulsivo y explosivo para luego darte cuenta que estabas equivocado/a, pedir perdón y seguir en un círculo vicioso del que tienes que deshacerte cuanto antes.
En cualquiera de los dos casos, si eres el explosivo de tu relación o no, debes tener en cuenta que el amor no simplemente existe y ya, sino que necesita ser alimentado frecuentemente con detalles y buenas acciones. Evita estar a la defensiva, lo ideal es que tengas escucha activa e inteligente que te permita asumir que lo que está planteando tu pareja puede ser con buena intención.
Recuerda que todo planteamiento bien manejado, con el vocabulario correcto y con el gesto correcto en tono cálido y tranquilo están orientados a fortalecer la relación y mantenerla sana. Si vives siempre a la defensiva u ofensiva, la comunicación será disfuncional y la relación estará condenada al fracaso.
Si tienes problemas para manejar tus emociones y sientes que pierdes el control sobre ellas, es hora de pedir ayuda. Y si vives tensionado en tu relación de pareja por miedo a que te pueda agredir, es hora de buscar ayuda.
En PADMATERAPIA te ofrecemos ayuda profesional enfocada a regular las emociones que te generan frustración y te enseñamos técnicas para evitar que tu pareja siga con las agresiones.