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El poder de la meditación

La meditación es una práctica milenaria que se cree comenzó en la India y fue adoptada rápidamente por varios países, por varias corrientes ideológicas y actualmente por muchas personas en el mundo que la han convertido en el pilar básico de su funcionamiento porque son muchos los beneficios que aporta para el bienestar mental y emocional, especialmente en la situación actual. Bien sea para tranquilizar la mente, para encontrarse con uno mismo o para reducir la ansiedad o el estrés, cada vez hay más gente que practica esta técnica encontrando calidad de vida. Incluso, algunos establecimientos educativos están comenzando la implementación dentro de su plan de trabajo con los estudiantes. 

De acuerdo con el Dalai Lama, la meditación es el «estado natural de tu conciencia». Es algo así como una forma de entrenar la mente para lograr un estado de calma mental y emocional. La finalidad es calmar la mente, lo cual tiene la capacidad de llevar a una vida más feliz tanto mental, como física y emocionalmente.

Meditar no siempre es fácil pues como todo, requiere disciplina, esfuerzo y práctica para llegar a la perfección. Si logras hacerlo verás cómo logras mitigar el estrés, cómo se afecta positivamente el sistema inmunológico, cómo mejora tu capacidad de atención y concentración, cómo te vuelves más empático, cómo aumentas la tolerancia al dolor, cómo mejora tu memoria y las funciones cognitivas y cómo se activan tus pensamientos positivos. Ayudará a mejorar tus Habilidades sociales, la toma de conciencia, te ayudará a Centrar para que las situaciones de la vida se puedan gestionar mejor.

En cuanto a los beneficios para la salud física, se encuentran el mejoramiento del Síndrome de intestino irritable, tratar el Insomnio, mejorar la Hipertensión y el umbral del dolor, reducir el riesgo de ataques cardíacos, derrames cerebrales, Alzheimer. También es útil para personas que padecen diabetes, fibromialgia, artritis reumatoide, asma y trastornos inflamatorios.

Para empezar con esta práctica, sólo tienes que seguir las siguientes recomendaciones:

La clave es encontrar el momento perfecto, el tipo de meditación y la postura que encaja contigo. Y, sobre todo, debes tener claro que para superar las resistencias que a veces puedes encontrar durante el proceso de meditación, persistir en la práctica es lo que realmente te hace mejorar. Hay quienes lo realizan a primeras horas de la mañana pues su mente se encontrará descansada.

Lo primero que debes hacer es ponerte ropa cómoda, ancha y sin zapatos pues la ropa ajustada y los accesorios como relojes o celular, por ejemplo, pueden incomodarte y hacer perder la concentración a la hora de meditar. También es importante identificar un lugar que te permita estar relajado y tranquilo, en el cual no haya interrupciones, puede ser una habitación, el jardín, etc. el lugar es lo de menos desde que puedas estar cómodo y centrado en la actividad que vas a comenzar. La recomendación es no tener mayores expectativas pues para empezar es posible que no puedas sentir los beneficios y te sientas decepcionado. Reiteramos que la práctica será el mejor aliado.

Debes sentarte de manera correcta, es decir, en el suelo con la espalda recta, pero sin tensiones, respirando hondo y manteniendo los hombros y brazos relajados. Esta es la manera clásica de hacer meditación, pero otras personas con mayor experiencia pueden usar otras posturas como por ejemplo estar de rodillas o estar acostado. Lo importante es que la espalda y el cuerpo deben estar rectos y los hombros y brazos relajados.

Ahora debes concentrarte en un objeto o en tu respiración, con los ojos cerrados y aceptar los pensamientos que surgen en ese momento. Estos pueden estar relacionados con problemas personales, con el sentir raro y nuevo del momento o con la inseguridad de saber si lo estás haciendo bien. Todo ello es normal, especialmente cuando estamos empezando con esta práctica. Estos pensamientos, emociones y sentimientos hay que aceptarlos sin tratar de eliminarlos, evitarlos o modificarlos y sin asumir una actitud enjuiciadora. Cuando los aceptes vuelves a centrar tu atención hacia el objeto o hacia la respiración. 

El tiempo que demore la meditación dependerá del nivel de práctica en que te encuentres y deberá aumentar progresivamente. Lo ideal para empezar es un minuto al día hasta llegar a los 20 o 30 minutos. Tú decides si deseas ampliarlo de acuerdo a tu disponibilidad. 

Con estas recomendaciones estás listo/a para comenzar la práctica de la meditación y añadirlo a tu rutina diaria, podrás sentir con el paso del tiempo lo beneficios que trae para tu vida.

Finalmente, no podemos dejar pasar esta oportunidad, para recordarte que, junto con la meditación, la gratitud es una de las más grandes virtudes del SER humano, te hará sentir más conectado con el mundo y contigo mismo pues genera humildad, nobleza y apreciación y, en retribución, la vida te devolverá en abundancia aquellos deseos de tu corazón. Verás cómo las puertas se abren, las oportunidades aparecen y enfrentas la vida con una actitud de apertura y expansión.

En PADMATERAPIA ponemos a tu disposición la introducción y las técnicas para que aprendas a meditar, agradecer y recibir las bondades que la vida tiene para ti.

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