“Los niños problema”…
Este interesante término que ha surgido para referirse a esos niños con dificultades para adaptarse a entornos escolares o sociales “normales” hace un gran énfasis en el problema que representa tener un niño con TDAH en un aula de clases o en una misa, pero… ¿Cuántas veces nos hemos detenido a pensar en cómo se sienten los niños con TDAH? ¿Alguna vez hemos pensado en su bienestar emocional, o por el contrario estamos siempre actuando en torno al bien común?
El Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH) es un trastorno del neurodesarrollo que prevalece en los niños y que por el hecho de tener connotaciones neurológicas es un trastorno que estará presente durante toda la historia de vida de quien lo presenta. Este trastorno implica dificultades en los niños a nivel académico, familiar, social y conductual. Sus síntomas básicos son falta de atención, exceso de actividad motora y conductas impulsivas.
A nivel cerebral, las personas con TDAH presentan inmadurez en algunas de las estructuras cerebrales en comparación a cómo deberían ser respecto a la edad del niño, las funciones que se ven afectadas con esta inmadurez cerebral son principalmente funciones como la capacidad de controlar el comportamiento, la solución de problemas, la memoria, la capacidad de adaptación y la regulación emocional. Los niños con TDAH tienen un gran inconveniente al momento de regular, reconocer y expresar sus emociones y es por esto que a menudo sufren rechazo, lo que desencadena en frustración, baja autoestima, ansiedad y/o depresión.
El papel de las emociones en la vida y desarrollo de una persona es de gran importancia, influye en el bienestar personal y repercute en ámbitos sociales, familiares, académicos, entre otros.
Ahora bien… ¿Cómo podríamos trabajar estas dificultades emocionales en los niños con TDAH?
Puede funcionar muy bien realizar mindfulness, actividades de autocontrol, actividades de relajación en ambientes tranquilos y de confianza, actividades de reconocimiento de las emociones, actividades que para el niño sean interesantes y lo motiven a aprender y cooperar. Es de ayuda incluir el juego y la imaginación en las actividades que se realicen para que así los niños con TDAH logren mantener la atención, aprender lo que se les quiere enseñar, mejorar su inteligencia emocional y su autoestima.
Seamos un lugar seguro para nuestros niños, y aún más si tienen algún tipo de dificultades. Informémonos y propiciemos ambientes agradables y enriquecedores para quienes más nos necesitan como sociedad.
En Padmaterapia te ayudamos a transitar esta condición especial de la mano del amor y el conocimiento. Contáctanos.