[vc_row][vc_column][vc_column_text]Seguramente en la cabeza de muchas personas aún no cabe la idea de que existan mujeres que practiquen un aborto de manera voluntaria, enfocándose en juzgar y condenar no tanto el evento como tal sino a la mujer que lo practica. Sin embargo, para nadie es un secreto que este evento se realiza en la clandestinidad, pues además de ser un tema tabú, también influyen nuestras creencias y la presión social. Igualmente es un tema de salud pública ya que puede poner en riesgo la vida de las mujeres cuando no se practica bajo condiciones seguras, pero también es un tema de soberanía de las mujeres sobre su propio cuerpo. Es un tema debatido a nivel político y moral.
Ahora bien, recordemos que en Colombia existen tres causales para la práctica de un aborto voluntario: cuando existe peligro para la salud física o mental de la mujer, cuando exista grave malformación del feto que haga inviable su vida extrauterina y en caso de violación, transferencia de óvulo fecundado o inseminación artificial no consentida. En cualquiera de los casos, incluido aquel en el cual la mujer decide sobre su propio cuerpo, será una situación difícil de afrontar, que generará sentimientos de culpa, especialmente cuando tiene razones para desear quedarse con el bebé que está creciendo dentro de ella, si se encuentra en un estado de mucha confusión o incluso se pueden producir aun cuando la mujer no cuenta con los medios que se requieren para proveer de las necesidades básicas a su niño, cuando no cuenta con apoyo o por los motivos que ella haya considerado pertinentes para la interrupción de su embarazo.
Con el tiempo pueden surgir preguntas como “¿Qué hubiera pasado si hubiera hecho las cosas diferentes? ¿Qué edad tendría mi hijo en estos momentos?” aunque algunas mujeres tengan una postura ideológica firme y una decisión tomada en cuanto a su aborto. Otras podrían no trascender en su sentir. Sin embargo, si no se logra elaborar adecuadamente el duelo por la pérdida de un hijo a través de aborto voluntario, las consecuencias para la salud mental pueden ser diversas y dependerán en gran medida de las creencias, la actitud, el apoyo social y/o familiar, las aptitudes, la etapa de desarrollo en la que se encuentre la mujer e incluso la madurez cognitiva y su equilibrio emocional, por lo que resulta necesaria una liberación emocional tras un aborto de cualquier clase.
En el ámbito terapéutico llegan mujeres que se realizaron algún aborto voluntario, con motivos de consulta como depresión y ansiedad, insomnio e incluso dependencias a sustancias y/o a personas, algunas comienzan a expresar sentimientos de culpa luego de un largo tiempo de llevar a cabo esta práctica. Aunque los detonantes pueden ser diversos, es claro que el no haber elaborado adecuadamente la pérdida de un hijo puede llegar a afectar su autoestima y afectar aún más la salud mental de la paciente. Incluso, aun cuando no presente síntomas, es posible que se perciba como “no merecedora” de volver a tener un embarazo o hasta infligirse un “autocastigo” negándose a ser madre cuando lo desea. Es más, el bloqueo emocional se puede generar y aun cuando desee ser madre, no se presentará el embarazo, sin encontrar evidencia física de la causa.
Generalmente cuando la mujer decide interrumpir su embarazo se encuentra bajo circunstancias de mucha presión, por lo que, sí cuenta con una pareja, es importante que se fortalezca el vínculo entre ambos, las caricias, los besos y los abrazos pueden ser sanadores y reconfortantes, pues en el caso de que la decisión haya sido tomada como pareja, el hombre también puede sufrir la pérdida de su hijo.
La fe y las creencias juegan un papel importante en la sanación luego de un aborto pues en su mayoría las mujeres pueden pensar que “la herida queda en el alma” y esta va sanando con cada oración y acto de contrición. Recurrir a tus creencias religiosas aporta un grado significativo de “alivio” que con el tiempo pueden ayudar a que la culpa disminuya.
El compartir ese difícil momento con una persona de confianza también puede ayudar a desahogarse. El apoyar y consolar es fundamental. Con esta persona además podrás compartir la experiencia de crecimiento que supone la pérdida.
El cuidarse también es importante para recuperarte física y mentalmente, es una situación dura pero no por eso hay que dejar de comer, ni de dormir. Mantener el cuerpo y la mente sana es esencial.
Buscar apoyo psicológico puede ayudarte a superar la situación, la psicoterapia es una herramienta que te hará confrontar con tus sentimientos, creencias y percepciones, te ayuda a superar tus miedos y hará que renazcas. Como complemento puedes ayudarte con la técnica del Ho´oponopono, de la cual puedes encontrar un artículo en esta página. Esta es una técnica importante de sanación para cualquier situación que hayas vivido o estés viviendo.
Finalmente queremos invitarte a reflexionar sobre la experiencia de la pérdida para que nos lleve a sentir el dolor, vivir, crecer, soltar, liberar, sanar, renacer…despedirse de esa parte de uno mismo que se ha ido y reencontrarse con la vida de nuevo.
Sabemos que no es fácil afrontar los sentimientos ligados al aborto, por eso en PADMATERAPIA estamos dispuestos a brindarte no solo escucha, sino todas aquellas herramientas necesarias para que puedas elaborar este duelo. [/vc_column_text][/vc_column][/vc_row]